Xico y la eterna telenovela política: mismos actores, nuevo vestuario

Por Cury López – Opinión desde el cafetal

«Pinche política», decía mi apá mientras le daba un trago al café, cuando aquí nomás había un partido, un candidato, y todos sabíamos que ya estaba todo amarrado.

¿Y ahora? Ahora hay más banderas, más colores… pero la misma podredumbre.

Hoy veo a los mismos de antes, nada más que cambiados de camiseta. Los que ayer eran del PRI, ahora andan muy morenitos; otros le entran al Verde, al PT o se disfrazan de Movimiento Ciudadano. Pero el apellido no cambia. El plan tampoco: quedarse con el hueso.

En Xico, eso no es cuento, es costumbre. Un papá que se lanzó con el PAN cuando era “la esperanza”. Después la mamá con el PRI, prometiendo un nuevo Xico. ¿Y el resultado? Pues ahí se los dejo de tarea. ¿Y qué siguió? Mandar a la hija. La jugada era clara: convertir la alcaldía en herencia familiar.
Pero ¡pum! Morena se volvió la moda y no les alcanzó la planilla. Ahora ya andan tocando la puerta del Movimiento Naranja, como si el color cambiara la intención.

¿Y el pueblo? Ahí seguimos, viendo la misma película, pero con nuevo título.

Porque no importa si es rojo, azul, guinda o fosfo… siempre es la misma historia: permisos, concesiones, contratos y claro… la lana. Y nosotros, mientras tanto, con los mismos baches, las mismas quejas, las mismas mentiras.

En la plática del parque o la fila de las tortillas ya se oyen frases como:
“Robaron, pero poquito” o “por lo menos hicieron algo”.
¡Carajo! ¿En serio eso es lo que merecemos?

Ese dinero no es suyo, es de todos. El que se sienta en la silla lo hace con nuestros votos y con nuestros impuestos. No es patrón, es empleado del pueblo.
Pero aquí seguimos aplaudiéndole al que da la despensa, al que se toma la foto, al que pone música en la plaza antes de las elecciones.

¿Y el PRD? Ese ya ni aparece, pero no se nos olvide que tuvo buenos momentos en Xico. Lo mismo el PAN en sus inicios. Pero como todo aquí, la política es de modas, como los trajes de carnaval.

Y así nos han venido cambiando el letrero, pero adentro es el mismo circo.

¿Y sabes qué me preocupa más? Que ya lo vemos normal.

La pensión de adultos mayores, por ejemplo. Buenísima idea, sí, pero no es un regalo del presidente, ¡es un derecho! En otros países llevan años con esas prestaciones, sin andar haciéndole fiesta al funcionario. Aquí, nos dan lo mínimo y todavía lo agradecemos como si fuera limosna.

Y en eso estamos, con el kilo de tortillas subiendo, el huevo por las nubes y los precios del mercado cada vez más altos. Y ningún político nos regresa eso.

Ahora, volviendo a Xico…

Hace cuatro años muchos votaron por Morena sin siquiera ver quién era el candidato. Hoy, ya se están quejando de que nunca los atendieron. ¿Entonces? ¿Vamos a votar por el que “va a ganar” o por el que de verdad lo merece?

Porque al final, el Xiqueño no es tonto. Cuando el PRD fue la opción real, votamos por ellos. Cuando el PAN se puso de moda, también. Pero ninguno nos cumplió del todo.
Y así seguimos: votando por colores, no por personas.

Entonces te pregunto, paisano:
¿Vamos a seguir vendiendo el voto por una cubeta?
¿Vamos a cambiarlo por una promesa o por un abrazo vacío?
¿Vamos a aguantar otros cuatro años de lo mismo?

La novedad de esta elección es que, al parecer, hay una nueva figura.
Una mujer de Xico, discreta, con trayectoria limpia. Nada de política reciclada. Nada de escándalos. Una mujer de campo, de estudios, y sobre todo, sin ambiciones de poder.

¿Será cierto que todavía hay políticos decentes?
¿Será que Xico tiene una nueva opción, real, sin lastres?
¿Será que por fin llega alguien que no viene a servirse, sino a servir?

No lo sé, pero esta vez el juego político se está poniendo interesante.
Así que, pueblo de Xico: abran los ojos, abran los oídos… y sobre todo, no se vendan por migajas.

Porque un voto bien pensado vale más que cuatro años de lamentarse.

Nos seguimos leyendo,
Cury López
Con el corazón en el pueblo y la pluma afilada.