¿Qué ver y hacer en Xico, Veracruz?

Una joya entre montañas, café y leyendas vivas

Xico no es un pueblo mágico por decreto. Lo es porque vibra, porque huele a café recién tostado, a mole hecho en cazuela de barro, a tierra mojada y tradición. Visitar Xico, en la región montañosa central de Veracruz, es viajar en el tiempo sin abandonar el presente. Aquí te cuento qué ver y hacer para que te lleves el corazón lleno y las ganas de volver.

  1. Camina por su centro histórico empedrado
    Empieza por el corazón del pueblo. El Parque Hidalgo, su kiosco y los portales coloniales son una postal viva. Cada calle es un testigo mudo de siglos de historia. Los balcones llenos de flores, las fachadas de colores y los aromas que salen de las cocinas locales te guían sin necesidad de mapa. No te pierdas la Iglesia de Santa María Magdalena, una construcción barroca del siglo XVI que guarda retablos coloniales y la fe de todo un pueblo.
  2. Prueba el mole xiqueño
    El mole de Xico no es comida. Es cultura. Elaborado con más de 25 ingredientes, entre ellos chile mulato, pasilla, chocolate, especias y semillas, su sabor es inconfundible. Lo puedes disfrutar en fondas familiares o en restaurantes como el del Hotel Hacienda Xico Inn, donde la reconocida chef Dra. Verónica Vázquez —ex concursante de MasterChef— le da un toque contemporáneo sin perder la esencia.
  3. Aventúrate a la Cascada de Texolo
    A solo unos minutos del centro, te espera uno de los paisajes más impactantes del estado: la Cascada de Texolo, una caída de agua de más de 20 metros, rodeada de vegetación exuberante. Aquí se han grabado películas, pero nada supera verla en vivo. Puedes hacer senderismo, cruzar puentes colgantes o simplemente admirar la fuerza del agua desde el mirador.
  4. Visita el Cerro del Acatepetl
    Para los que buscan conexión espiritual con la tierra, el Cerro del Acatepetl es un imperdible. Conocido como el «cerro del carrizo», tiene una carga mística profunda. Desde su cima, Xico se ve como una pintura, y los susurros del viento te cuentan las leyendas del pueblo. Subirlo no solo es ejercicio físico, es un ritual ancestral.
  5. Vive sus fiestas y leyendas
    Xico es famoso por su Fiesta de Santa María Magdalena, cada julio, con tapetes de aserrín, danzantes, procesiones y alegría que envuelve a todos. Además, no faltan las leyendas: la de la Novia del Pueblo, el Toro de Petate, o los relatos sobre brujas y aparecidos. Aquí las historias se cuentan al calor de un café en los portales o entre velas en alguna tertulia nocturna.
  6. Hospédate en una hacienda entre cafetales
    Si quieres vivir la experiencia completa, hospédate en una hacienda como el Hotel Hacienda Xico Inn, donde puedes rentar una cabaña, acampar, disfrutar de alberca, salón de eventos, zona de juegos, y desayunos regionales con vistas a la montaña. Su ubicación, rodeada de naturaleza, es ideal para desconectarte del ruido del mundo.

Xico es más que un destino. Es una sensación.
No es solo lo que ves, es lo que sientes. Xico enamora sin prometer nada, pero lo da todo. Te recibe con humildad, con orgullo de lo que es: un pueblo donde la historia no se cuenta, se vive.