No es culpa de naydien, dice el xiqueño

Una voz del pueblo por Cury López
Nel, no es culpa de la Carolina que hable como poblana y se sienta muy fifí comprando votos con su sonrisa falsa. Tampoco es culpa del Lalo Pozos que sea bien parrandero, y por eso ya lo tienen de borracho. No, mano. Nadie tiene la culpa de lo que le achacan, eso dicen. Ni la maestra Claudia tiene la culpa que por lo llenita ya ni pueda echar un brinquito, y aun así la pongan a anunciar programas de salud, fusilados de la doctora. ¿Y qué? Así son las cosas. Tampoco es culpa de los candidatos esos de partidos chiquititos, que nomás andan vendiéndose al mejor postor. Ni del PT que todavía anda gritando consignas de hace cien años, como si fuéramos a agarrar el machete otra vez. ¿Y Vero? Pues tampoco es culpa suya que se le haya quemado la tortilla.

Mire usté, todos nacemos en la casa que nos toca, y con lo que nos educan los jefes. Eso dicen los que estudiaron. Pero la cosa cambia cuando ya te quieren aventar la candidatura encima. Ahí sí que el chiste se pone serio. A veces uno hasta se identifica con ellos, ¿no? Con Lalo, por ejemplo, ya hasta se siente el cumbión de las fiestas patronales. Pero no te dejes. Sus propuestas parecen piñata de kinder. Salió con que va a meter un tranvía turístico. ¡¿Tranvía en Xico?! No mames. Eso no es chamba del municipio, eso es negocio privado. El ayuntamiento nomás da chance, y el empresario pone su mordida. ¿Y entonces pa’ qué carajos aplaudimos esas jaladas?

Y esos lemas que traen, como si con solo decir «Rescate», «Transformación» o «Volver a la Joya de Veracruz» ya todo fuera a cambiar. ¿Tú sí sabes qué chingados significa eso? Porque los de antes también lo dijeron… y ve cómo estamos.

Y bueno, ya se sabe que desde lo alto del cerro, allá en el gobierno grande, ya dieron línea: tiene que ganar Morena, como sea. Lo mismo que antes, nomás con otro sombrero. Los partidos chicos ahí andan nomás de paleros, echando su pataleo pa’ ver qué hueso les cae. Todos quieren su tajadita, no porque crean en el pueblo, sino pa’ no morirse de hambre política.

Y luego está la Caro, que sí, está guapa, dicen los vatos. Pero no se cieguen, paisanos. Anda regalando cosas bien chonchas, pero eso no sale del corazón. Eso viene de arriba, del billete negro. Tiene que ganar sí o sí, esa es la consigna. No es su culpa que su jefa fuera presidenta con mala fama. Ni que la acusen de clavar dinero. Pero si fue cierto… ¿qué? ¿Nos vale? ¿Así nomás?

Pero hay alguien que va bajito, sin tanto escándalo: Vero Vázquez. No anda manoseada por partidos, ni anda de la mano de padrinos o constructoras. No trae caravana, ni pancartas cada dos metros. Solo ella, con ganas de chambear y sin deberle favores a nadie. ¿La vamos a pelar o vamos a seguir de brutos?
Y es que con Caro, el show es otro. Además de su historial, la trae manejando su vato, otro con pasado oscuro. Caro anda con todo: compra votos, reparte regalos, da apoyos, mete promesas como si fueran dulces. Su inversión ya va en millones, pa’ que vean. ¿Y pa’ qué? Pa’ verse como la chida, llegar al hueso, y luego recuperar todo lo gastado.

Nomás vean: en Tonalaco dicen que les mandó jarras de caña pa’ que los faeneros anden contentos. En El Haya, pipas de agua. En otros lados, trascabos. Gasolina, premios por poner su cara en las bardas, en los taxis, en las casas. Y todavía se rumora que ofrece hasta dos mil baros por el INE “prestado”. Todo el catálogo antiguo, bien actualizado. Acarreo incluido. Y todos lo han visto, no es chisme. ¿Esa es la que quiere ser alcaldesa? No, raza. Esa no va por amor al pueblo, va porque ya se comprometió con medio mundo y necesita cumplir.

¿Ya estamos lo suficientemente curtidos pa’ no caer otra vez? Porque si volteamos pa’ atrás, nos han tocado puro ratero, asesino, bruto, y hasta uno que otro acabó en el bote. ¿Vamos a seguir igual? Hacemos fiesta un mes y nos friegan cuatro años. Y si sale uno medio decente, ya estamos aplaudiendo que “nomás robó poquito”. ¡No mamen!

Al final, sí es culpa nuestra. Por dejarnos. Por votar por el que más ruido hace. Por no ir a votar. Por participar en esa feria triste que arman pa’ las campañas. Así que piénsenlo, mis paisanos xiqueños:

¿De veras la culpa es de naydien?